Hay tantos frentes abiertos en la economía y en el mercado financiero que pocos reparan ya en la cuenta de intereses del ente monetario. Hoy no parece un problema, pero ¿y en un futuro cercano?
De modo que el esquema sigue siendo de una espiralización de este costo dado que, bajo los compromisos con el FMI, el BCRA se ve obligado, en pos de cuidar que ni el dólar ni la inflación se disparen, a mantener vivo este stock de Letras, con el consiguiente costo financiero. Sólo un fuerte y sostenido repunte de la demanda de dinero le permitiría ir desarmando esta bola de nieve, que muchos subestiman porque no están en manos de los pequeños ahorristas como era el caso de las Lebac, cuando Federico Sturzenegger comandaba el BCRA. En el mercado estiman que el 75% del stock de Leliq está vinculado con apuestas al carry trade y sólo el resto a cumplir con las exigencias normativas de encajes. Para dimensionar los efectos del stock de deuda del BCRA, vale mencionar tras la impresionante expansión monetaria del año pasado de $407.864 millones alimentada por el desarme de las Lebac ($1.296.076 millones) se logró compensar con las ventas de reservas (-$410.753 millones) y la colocación de Leliq (-$709.470 millones), pero los intereses implicaron una expansión equivalente al 10% del stock de la deuda. Antes el BCRA le bajaba los decibeles a este tema, vinculado con el déficit cuasi fiscal, midiéndolo en términos del PBI, y como encima se estaba en una fase de crecimiento el peso relativo de las Lebac y sus intereses parecía poco significativo.
Ahora, en sólo dos meses y medio, el BCRA ya contrajo la base en $121.922 millones utilizando principalmente las Leliq con las que aspiró $262.116 millones, ya que vía la compra de divisas emitió $36.547 millones mientras que, como ya se destacó, por la vía del pago de intereses expandió otros $84.557 millones.
La resolución de este tema quedará pendiente para el próximo Gobierno.
Fuente:Ambito
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